Dies war eine der am stärksten von der Gewalt der 1980er Jahre betroffenen Gegenden, denn die Armut machte sie zu einem Ort, an dem kriminelle Organisationen verzweifelte junge Männer fanden, die wenig zu verlieren und keine Zukunft hatten, um sich ihren kriminellen Reihen anzuschließen.
Viele dieser Männer wurden getötet oder inhaftiert, so dass die Frauen einen wesentlichen Anteil an der Entwicklung der Gemeinschaft hatten, denn sie waren die Anführerinnen und Verwalterinnen eines Großteils des Wandels, den dieses Gebiet heute durchmacht. Die Kinder dieser Frauen sind diejenigen, die heute das Werk der Transformation fortsetzen, das sie begonnen haben, und dies ist mehr als in jedem anderen Bereich, im künstlerischen Bereich, zu sehen. Die Bewohner dieser Viertel haben viele Geschichten zu erzählen, von vergangenen und gegenwärtigen Kämpfen, von Sehnsüchten und Träumen für die Zukunft, von Künstlern, die mit Rap, urbaner Musik, Spraydosen und Pinsel ihre Gefühle in die Welt tragen, ohne jemals wieder Gewalt anzuwenden.
Obwohl es noch viele Probleme zu lösen gibt, ist die Comuna 13 in Medellín heute wie verwandelt, voller Farben, Musik und Menschen, die jeden Tag aufstehen, um der Welt die Schönheit ihres Viertels und ihrer Straßen zu zeigen, die wieder nach Kaffee duften, wie die Bauernhäuser von früher.
Heute ist die Comuna 13 ein Muss bei jedem Medellín-Besuch, denn hier kann man nicht nur die Geschichten in den Graffiti bewundern, sondern auch den wachsenden Einfluss, den der Kaffee in der Gemeinde hat.
Water Color Interpretation 2021: John Jarlen Quiroz
Disclaimers:
Original Article:
Comuna 13
Los campesinos y desarraigados construyeron la comuna 13 de Medellín con sus propias manos. Desplazados por la violencia desde diversas zonas de Antioquia y Colombia, cafeteros y agricultores, tomaron en este lugar un pedazo de tierra para cada uno, en los terrenos más difíciles y sin habitar de Medellín y los convirtieron en su nuevo hogar, pero esto no fue fácil. Desde el principio se enfrentaron a grandes retos, ya que el estado colombiano no hizo presencia en el lugar para garantizar sus derechos básicos, por lo que la comunidad se auto-organizó por medio de líderes, que hoy en día siguen siendo su principal método de organización.
Esta fue una de las zonas más golpeadas por la violencia de los años ochenta, ya que por su pobreza, se convirtió en el lugar dónde las organizaciones criminales encontraban jóvenes desesperados, con poco qué perder y sin futuro, para engrosar sus filas delincuenciales.
Muchos de estos hombres fueron asesinados o encarcelados, por lo que las mujeres fueron parte fundamental del desarrollo de la comunidad, ya que fueron las lideresas y gestoras de gran parte de la transformación que vive hoy en día este territorio. Los hijos de estas mujeres son los que hoy siguen con el trabajo de transformación que comenzaron ellas, y esto se ve más que en cualquier campo, en el artístico. Los habitantes de estos barrios están llenos de historias que contar, de luchas pasadas y presentes, de anhelos y sueños por lo que viene, artistas que con el rap, la música urbana, el aerosol y una brocha expresan al mundo su sentir, ya nunca más con violencia.
Aunque aun hay muchos problemas qué resolver, la Comuna 13 de Medellín ahora está transformada, llena de color, de música, de gente que se levanta día a día para mostrarle al mundo la belleza de su barrio, de sus calles, que nuevamente huelen a café, como sus casas campesinas de antaño.
Hoy en día la Comuna 13 es un must-visit en cada visita a Medellín, donde no solo se pueden apreciar las historias en sus grafitis, si no también, la creciente influencia que él café ha retomado en la comunidad.